Ahora es cuando en el territorio español, donde desgraciadamente tienen competencia los miembros y miembras (¿?) de la SGAE, se librará la batalla por los derechos de autor de esas canciones (tanto si son de artistas alistados en las filas de la sociedad como si no). Es decir, que si hasta el momento una canción con DRM tenía el precio en la Nokia Music Store de 99 céntimos, ahora ese precio bien se verá incrementado por tener posibilidad de reproducirse en múltiples dispositivos sin número limitado de copias o bien Nokia tendrá que apretarse el cinturón pues vendrán los amigos de los autores a pasar el cepillo.
¿Quién ganará? Lo que sé es que los que llevamos las de perder siempre somos los usuarios.
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